"Pequeño, feo, desgarbado, y si me apura mucho, ridículo. Pues bien, coloquemos a Juan ante el toro, ante la muerte y Juan se convierte en la misma estatua de Apolo"
Toda tarde empieza nítida. A medida que avanza, la abstracción forma parte de un todo perfecto. La línea curva, la esencia del movimiento, la muerte. La tauromaquia.
"Al hablar tenía Juan Belmonte un tartamudeo leve que daba a sus frases un sentido corto y ceñido, como si torease. Hablaba -dije alguna vez- por medias verónicas y recortes. Y hasta a veces, hablando, molineteaba"